miércoles, 5 de junio de 2013

Puertos de la Ribagorza 25-05-2.013



Crónica de El Pulsaciones.


Definitivamente, este club se nos va de las manos. Esta vez seremos “10” (que sepamos) los socios que acudiremos a Graus para dejar el pabellón por todo lo alto. Tendremos que pensar en ir montando una agencia de viajes para poder organizar el tema de los desplazamientos y alojamientos, jajajajajaja.

El viernes, parte de la expedición, salíamos hacia la localidad “longanicera” por excelencia para pernoctar allí. La otra parte del grupo, se incorporaría la mañana del sábado con la intención de realizar la marcha todos juntos.

Nuestro amigo Alberto de Ayerbe, al que amenazan continuamente con empadronar en Murillo de Gallego, se uniría a nosotros tras rechazar varias ofertas tentadoras para realizar la marcha en otras compañías. ¡Eres listo compañero!, tu sabes donde se "cuece" lo bueno, jajajajaja.

Como sucedió en Sos del Rey Católico, nos encontramos con nuestra amiga Ane Gabiria y Unai cuando nos dirigíamos a recoger los dorsales. ¡Qué casualidad! Aunque habíamos estado en contacto los días previos para llamarnos cuando estuviésemos allí y quedar para vernos, no hizo falta.

Hablamos un ratillo y nos despedimos hasta el día siguiente. Esta vez ella no participaba en la marcha, así que nos aseguró que tendríamos garantizadas las fotos. Muchas gracias como siempre Ane. Da gusto.

Después de cenar un plato de pasta y un ¿¿entrecot??, cumplimos las órdenes recibidas de nuestro Comandante Napolitano que se encuentra desplazado en tierras lejanas. El mandato era claro, “¡ no se os ocurra iros a dormir sin tomaros un Gin Tonic o no andaréis una mierda al día siguiente !”

Como somos chicos muyyyyyyyyy obedientes, fuimos de inmediato a cumplir con nuestra obligación, a excepción del Super que se fue a la cama y de Rafa “no doy un relevo”, que se “pretó” un café con leche con un trozo de bizcocho. ¡Pero hombre Rafa! ¡Que no era la hora del desayuno! ¿Qué clase de Almogávar eres tú? Habrá que tomar medidas disciplinarias.

Concentración Almogávar
 6,30 h. de la mañana. Suena el despertador y el Capitán Cuello de Hierro nos dice que no va a salir. Está hecho polvo con la espalda y ha pasado la noche fatal. No se siente con fuerzas de subirse a la bici para sufrir más de la cuenta. Compañero, recupérate pronto porque hacer una ciclo sin ti, no es lo mismo. Va ha ser una baja importante para hoy. Nos acordaremos de ti durante el día.

Nos vamos a la salida y nada más pisar la calle nos encontramos con Juan Carlos Alvaré de la revista Ciclismo a fondo. El año pasado coincidimos en varias marchas. Es un fenómeno. No sé cómo puede hacer fotos encima de la bici con esa facilidad. Si lo intento yo, pierdo los dientes fijo. Nos hace una foto de grupo y nos despedimos por el momento porque seguro que coincidiremos a lo largo del día.

Foto de Juan Carlos Alvaré
Una vez colocados en la línea de salida y mientras estamos esperando a que empiece la jornada de hoy, se incorporan Fernando y Carlos, los compañeros que faltaban. De Abel no sabemos nada y no podemos contactar con él. No lo veremos en todo el día. Resulta que se olvido el móvil y no pudimos localizarlo.

Super, David, Cabalets y Rafa

Comandante Serch y Sargento Pulsaciones
Parece que la temperatura de hoy será la idónea para montar en bici a pesar del fresquito mañanero. Nos deseamos suerte y comenzamos a salir despacito, pero se nota a la gente un poco nerviosa. Nada más pasar por el arco de salida, hay una curva a izquierdas que desemboca en una rampa que no ayuda mucho a disolver el tapón inicial.

Giramos otra vez a la izquierda para encarar la calle principal y cuando no llevábamos ni 50 metros recorridos, escucho un golpe tras de mí. Primera caída del día. Me giro un poco por instinto para ver si ha sido alguno de los nuestros y cuando vuelvo a mirar al frente, casi me como al que llevaba yo delante. ¡Uffffff! ¡Vaya susto! No vuelvo a girar la cabeza ni loco.

Debido a esto, cojo unos metros de ventaja sobre el resto del grupo, así es que cuando salimos de Graus, me aparto un poco a la derecha para que vaya pasando la gente y esperar a mis compañeros.

Una vez reagrupados, nos dirigimos a buen ritmo hacia el primer puerto del día, Laguarres. Giramos a la derecha y comenzamos a subir. Este puerto me encanta. Son 8 km con unos porcentajes muy llevaderos. Será porque todavía las piernas están frescas.

El equipo Á
Rafa y Carlos se adelantan, el Super y yo vamos tras ellos, y seguidamente vienen los demás.

Rafa encabezando el grupo
 
Tras los pasos de Rafa
El grupo perseguidor

Fernando

Coronado el puerto, toca gozar con la bajada. Mi Capitán me ha dejado solo y tengo que ir trazando imaginándomelo delante de mí. Pero esta vez no disfruto nada. Hay muchísima gente junta y resulta un poco peligroso por lo que decido dejarme caer sin tomar ningún riesgo. Tiempo habrá de bajar más deprisa.

Llegamos a Benabarre y desde allí, se vuelve hacia Graus a una velocidad tremenda. Se forma un pelotón grandísimo en el que solo coincidimos Fernando y yo. Una vez entramos en el pueblo, hay un poco de despiste. Rafa y Carlos esperaban en el avituallamiento, pero esta vez está un poco “escondido”. Si no te das cuenta, te lo pasas de largo como le sucedió a Fernando.

Paro a esperar al resto del equipo. Una vez reagrupados, seguimos ruta. La verdad es que aquí no haría falta parar porque todavía es pronto y encima pierdes el “tren” en el que se venía de maravilla, así que ahora, nos tocará a nosotros poner el ritmo adecuado para ir cómodos. Vamos dirección Campo, siguiendo el curso del rio Ésera. El aire nos da de cara así es que a la vuelta, si todo sigue igual, bajaremos deprisa. No hay mal que por bien no venga.

Llegamos a Campo donde se gira a la derecha para comenzar a subir el puerto de Serrate.

Cuando cruzamos el pueblo, hay muchísima gente dando colorido y animando a los participantes con cencerros y pancartas. Aprovechan para reivindicar por los recortes de la Educación Publica.

Comenzamos a subir por una carretera en obras. Es muy ancha y está todavía sin asfaltar. Parece el Giro de Italia este tramo de “esterrato”, jajajaja. No hay mucho problema pero hay que ir con cuidado porque si te pones de pie para subir más suelto, puedes patinar y darte una buena galleta.

Subimos despacio. En teoría, es el puerto más duro del día, pero las fuertes rampas que existían antes, las han suavizado mucho tal y como nos comentó después Alberto. Ahora la carretera va por otro lado. No vemos más del 9 % en ningún momento y en ediciones anteriores, se subía ratos al 11% y al 12%

La temperatura empieza a subir y se nota. Fuera manguitos y cremallera del maillot abajo. No es bueno pegarse una sudada aquí y quedarte “tieso” bajando.

Sergio comenta que va atrancado, hoy no tiene buenas sensaciones. Muscularmente le cuesta coger ritmo cuando se empieza deprisa. No le da tiempo a calentar adecuadamente y lo acusa. Mientras, Rafa, Carlos y Super, van un poco por delante, me quedo con David y Sergio. Yo no conocía este puerto y prefiero tomármelo con calma.

David parece que va más a gusto que el otro día en la Rompepiernas según dice. La verdad es que el trazado hasta ahora no tiene nada que ver.

Cuando llegamos arriba, nos reagrupamos en el avituallamiento, junto con Fernando. Alberto también aparece. Lo habíamos perdido en el descenso hacia Benabarre. Comemos un poco. Las rosquillas están buenísimas y el plum-cake parece que también ¿eh Alberto? Se puso “morao” el tío, jajajajaja. Y tras “descargar” líquidos, nos disponemos a bajar.

Hay carteles avisando de descenso muy peligroso por gravilla suelta, así que ponemos el máximo de los sentidos para no tener ninguna caída.

Por el camino vamos cogiendo a gente y formamos un pequeño pelotón en dirección Beranuy. La aproximación al puerto de Bonansa la hacemos a un ritmo que todos podamos llevar cómodamente. Estos primeros kilómetros pican un poco para arriba y si te pones a tirar aquí, cuando llegue la hora de la verdad puedes pagarlo.

La primera parte es muy bonita, vas pasando por una parte revirada y encañonada en la montaña y se va atravesando varios túneles, que incluso están iluminados. La organización en esta “ciclo” es muy buena y los voluntarios son muy amables. Parece que estás en familia en todo momento. Así que no me extraña que la gente hable tan bien de ella.
 
Comienzo de Bonansa

Fernando parece que va un poco bloqueado, así que subimos tranquilamente para no sacar muchas diferencias entre nosotros. Hoy hemos quedado en disfrutar del día y que mejor que ir todos en buena compañía.

Rafa chupando cámara

Alberto, señor de Loarre

David y Carlos

Un servidor con Fernando
Aprovecho, ya que el ritmo no es muy exigente, para adelantarme unos metros e intentar hacer algunas fotos con el móvil.
No hubiese hecho falta porque allí nos encontramos con Ane. “Eso sí que son unas buenas fotos”. Mil gracias como siempre.
 
El Super. Foto de Ane Gabiria.
 
Rafa marcando el ritmo. Foto de Ane Gabiria.

Bonita estampa. Foto de Ane Gabiria.

David y Sergio. Hermanos de músculo. Foto de Ane Gabiria.

El Pulsaciones (un servidor). Foto de Ane Gabiria.

No te escondas de la cámara Fernando. Foto de Ane Gabiria.

Abel con casco minero. Foto de Ane Gabiria.
El descenso de Bonansa, es una maravilla. ¡Qué gozada!. Si te gusta meterte caña en las bajadas, esta es para disfrutar de lo lindo. Me acuerdo de mi querido Capitán que se ha quedado el pobre en el apartamento bastante tocado. A excepción de un par de curvas, lo demás se puede bajar muy rápido.

En el final de la bajada hay que tener mucho cuidado porque te das de frente con el desvío que te lleva hacia Noales. Está perfectamente señalizado e incluso ponen protecciones acolchadas por si no te das cuenta y te vas recto contra la pared de la carretera. Hay que tirar de freno y girar hacia la izquierda para seguir la marcha.

Por el camino, aprovecho para saludar al irlandés de la peña Edelweiss que salió en el reportaje de la QH del año pasado. Dice que este año no va muy bien pero ahí está dándolo todo.

Enlazamos con el penúltimo puerto importante del día. El Col de Espina. Estos 6 km los subimos un poco más despacio. Se notan los kilómetros que llevamos y alguno de nosotros va un poco tocado. No pasa nada. Ponemos ritmo “gorrinero” y ya llegaremos. Además vemos los 26 grados en el pulsómetro.
¿Pero no decían las previsiones que sobre esa hora habría unos 7 o 9 grados en ese lugar?
¡Que mañana tan cojonuda para ciclar! Menos mal que no salimos de invierno..................

¡Ya queda poco!
En el último kilómetro, intento probarme como hace el Super y subo el ritmo para ver cómo responden las piernas. Parece que la cosa va bien.

Cuando coronamos, paramos en el último avituallamiento sólido del día en Laspaules. Hay que coger fuerzas para el tramo final porque como sople aire de cara, y no cojas un buen grupo, sufres un desgaste tremendo.

Mientras estamos comiendo, veo que llega David y se para en medio de la carretera como esperando algo o a alguien. Le digo “quita de ahí que vienen coches” y me contesta “pues que me atropellen, que yo no me puedo mover” jajajajajaja. Le había dado un tirón en la pierna y estaba tieso como un madero. Se come unos trozos de naranja y un voluntario, super amable, le daba media docena de plátanos para que se los llevara por si acaso. ¡Que bueno!

Una vez recuperado, seguimos la marcha. Solo queda un mini-puerto de 3 km. El Col de Fadas, que pasamos sin mayor problema y nos tiramos para abajo hacia Castejón de Sos.

En el descenso, este un poco más técnico que el de Bonansa porque hay mas curvas cerradas, Fernando, Cabalets y yo nos quedamos solos en la bajada. Se ha producido otro corte. Hablamos y decimos de seguir porque seguro que no tardan en enlazar con nosotros. Por detrás venían el Super y Rafa, buenos rodadores, acompañados del resto de la peña.

Nos vamos metiendo en el Congosto y vamos cogiendo gente formando un grupillo bastante numeroso. De momento no queremos entrar en relevos hasta que logren juntarse con nosotros el resto del grupo.

Este trozo es muy bonito para la vista, pero no te puedes descuidar ni un solo instante por lo revirado del trayecto. Vas metido literalmente en un cañón y como la carretera es bastante estrecha hay que ir con cien ojos.

La guardia civil, que va neutralizando la circulación que viene en contra de nuestra dirección, hace un trabajo fantástico avisándonos. Muchas gracias.

Transcurridos unos minutos, oímos los gritos del resto que ya están con nosotros. De aquí hasta Graus, la carretera solo nos guarda tres o cuatro repechos, que aunque se agarran, se pasan bastante bien con la inercia de la velocidad a la que vamos.

Llegada triunfal a Graus en un tiempo bastante mejor que el año pasado a pesar de las pequeñas “crisis” que tuvimos en algún puerto. Unos mejoramos casi media hora y otros casi una hora. Sensacional.

Entramos todos juntos en meta y allí nos esperaba Andrés para acabar otro fantástico día de cicloturismo. Como bien dice nuestro Capitán “chico, cada día me lo paso mejor”.

Otra marcha, a la que seguro volveremos el año que viene.